Industria salmonera cuestionada por grave daño ambiental
SANTIAGO, enero de 2008. El nuevo golpe que sufrió la industria del salmón en Chile, podría agravarse en los próximos días si se confirma que la fuga de más de 240 mil peces fue intencional y no producto del alto oleaje y fuertes vientos que se han registrado en los últimos días en el sector del Seno de Reloncaví.
La comisión de Medio Ambiente del Senado, presidida por Nelson Ávila, evaluará este martes concurrir en pleno el próximo jueves al lugar para verificar varias denuncias de pescadores y ambientalistas que creen que algunas empresas dejaron escapar a los salmones, pues éstos estaban contaminados con el virus ISA y otras enfermedades.
El legislador también prepara acciones legales para dilucidar esta situación. “No me voy a limitar a una denuncia, ya solicité a un penalista que prepare las querellas y demandas correspondientes por la introducción de sustancias infecciosas en el mar y el grave daño ecológico”, dijo a Terra.cl.
La situación ya habría provocado que algunas personas sufrieran por el daño ambiental. Según contó el senador Ávila, ya cuenta con testimonios y pruebas gráficas de lugareños del sector Pueblo Hundido que han presentado algunos síntomas producto de las aguas contaminadas.
“Tengo antecedentes concretos, incluso gráficos, de personas que se han contagiado”, argumentó el legislador indicando además que este “este episodio amenaza con convertirse en uno de los mayores desastres ambientales de que se tenga memoria”.
De hecho, el evento es inédito y de una magnitud difícil de calcular tanto para ambientalistas como para las empresas que se vieron implicadas.
Al respecto, el parlamentario planteó que “no tengo demasiadas esperanzas de disipar la opacidad que siempre ha envuelto a esta actividad a lo largo del último tiempo. A mayor éxito, mayor opacidad en el conocimiento de lo que está en el trasfondo de sus logros”.
Y es que las empresas del sector y autoridades regionales plantean que el incidente fue accidental. Francisco Fernández, director regional de Sernapesca, confirmó a medios locales que el escape ocurrió “fundamentalmente por el viento y el oleaje”.
Tales condiciones atmosféricas, habrían “producido la destrucción de un tren de 12 balsas jaulas, propiedad de Salmones Mainstream. En este momento la empresa está evaluando cuántos peces se fugaron (totalmente), por lo que estamos esperando el recuento final”, expresó.
En respuesta, el senador Ávila ironizó señalando que “no se necesita un viento demasiado violento ni unas olas muy bravas para que las puertas de las jaulas cedan, es más determinante la presión económica que las mareas”.
Accidental o no, el incidente se suma a otros que han venido ocurriendo hace algunos días. En la segunda semana de diciembre por ejemplo, el dirigente Custodio Cerón, del Consejo Regional de la Pesca Artesanal de la X Región, denunció que barcazas de empresas salmoneras no-identificadas, tiraron al mar centenares de cadáveres de salmones frente a las costas de Carelmapu, sobre las áreas de manejo de la pesca artesanal local.
El 30 del mismo mes, una barcaza que transportaba recipientes con cadáveres de salmón hacia la Isla de Chiloé, se volcó frente a la boca del Fiordo Comau, perdiendo su carga.
Aunque aún no hay una estimación oficial de las pérdidas por los 240 mil salmones, la industria calcula preliminarmente que el costo es de unos US$2 millones. Según han señalado personeros vinculados al sector, el cálculo de las pérdidas demora 10 días, puesto que recién hoy podría establecerse un monto.
