Por Fidel Oyarzo
En dos años más el último domingo de octubre se realizarán las próximas elecciones municipales. Serán los primeros comicios que enfrentará la Alianza siendo gobierno, con el Presidente Piñera a la cabeza, y la primera vez que la Concertación buscará el voto popular como coalición opositora. Y, por lo tanto, cada partido está elaborando sus estrategias con miras a esa fecha. En el PPD, quien ha estado a cargo de este diseño es el ex ministro Francisco Vidal. Desde el 11 de marzo, el ex secretario de Estado ha dedicado además su tiempo a hacer clases, participar en foros y ser uno de los panelistas de Radio Cooperativa.
Estas tribunas le han permitido tener una visibilidad sobre todos los temas de la contingencia, sobre los cuales, en esta entrevista con LND, se pronuncia con la misma vehemencia que lo caracterizó como vocero.
-¿Cuál es su impresión del caso del rescate de los 33 mineros de Atacama?
-Ha sido bueno para el país. He quedado sorprendido tanto de la cobertura de prensa internacional como de los conceptos que circulan. Ha sido una buena labor del gobierno. La decisión del Presidente Piñera de jugársela con todo por el rescate fue acertada. Tampoco hay que exacerbar al señalar que esto significaba que se acababa Pinochet y quedaba lo de los mineros. No es así. Chile es Pinochet y es los mineros, entre otras cosas. En definitiva el rescate ha sido un gran éxito del país en general y del gobierno en particular.
-¿Le resulta difícil a la Concertación reconocer este mérito?
-A mí no me resulta para nada difícil. No me cuesta hablar críticamente cuando corresponde ni hablar positivamente cuando lo amerite.
-¿Y qué puede decir del impacto político que va a tener?
-Va a tener un impacto político que hay que medirlo en el tiempo respecto a cuán duradero es. Es probable que en la próxima encuesta Adimark el Presidente y el gobierno suban, pero a mí no me preocupa, porque es algo transitorio. Lo que sí el gobierno ha logrado es asociar su gestión al tema de hacer las cosas bien, a lo menos en ese plano, es decir en el plano de los mineros. Pero el debate político irá equilibrando las cosas, porque así como el gobierno lo hizo muy bien en este caso de los mineros aún no cumple con ninguna de las cosas más aplaudidas el 21 de mayo como la eliminación del 7 por ciento de los jubilados, el aumento de la cobertura del posnatal o la duplicación de la subvención escolar. Además mientras en Atacama y en el país todos aplaudíamos la gestión del gobierno, a los dos días del rescate salió un lienzo de unos manifestantes en Talca que decía “estamos bien, pero nos falta casa”. Con esto quiero decir que el efecto va a ser temporal, naturalmente temporal. Y eso no es algo sólo de este gobierno sino que de cualquier gobierno.
-¿Por qué?
-Porque cuando hay alto impacto mediático y emocional se nota, pero después la vida sigue transcurriendo y vuelven a aparecer los conflictos inherentes a toda sociedad, vuelven a aparecer las demandas no satisfechas. Eso es un país.
-Lo que pasa es que tanto en el gobierno como en la Alianza se estima que aquí va a haber “un antes y un después”.
-No pues. Eso denota una falta de experiencia brutal. Le voy a hacer una analogía no política. Cuando Chile ganaba los dos primeros partidos del Mundial, decíamos que ya estábamos de campeones del planeta y todo el mundo se fue a la Plaza Italia y faltaba tela roja para hacer poleras. ¿Quién se acuerda de eso hoy día? Se lo digo de otra manera: lo permanente es lo que se construye con método, con sistematicidad, con rigor. Lo permanente es el AUGE, lo permanente es la Reforma Procesal Penal, lo permanente es la atención básica solidaria por ponerle algunos ejemplos.
-¿Y qué va a pasar con el ministro Golborne de acuerdo a este análisis que usted hace?
-Golborne ya se instaló en la derecha política, social y cultural como una de las cartas para el 2013. Si él decide perseverar, va a tener una competencia muy difícil, porque podría transformarse en el jamón del sándwich entre Lavín y Hinzpeter, que son hombres de partido que aspiran, en mi opinión, a suceder a Piñera.
-¿Pero acaso usted no le ve posibilidades?
Mire, lo veo con un enorme carisma y vinculación con la gente, porque la ciudadanía premia lo bien hecho. Pero cuidado: la gente castiga que lo bien hecho sea manipulado.
-¿Cuáles son, a su juicio, las diferencias entre Michelle Bachelet y Laurence Golborne? Se lo consulto porque en algunos círculos se están haciendo comparaciones.
-Esos círculos tienen un problema de historia. Michelle Bachelet es una mujer con historia política, social y personal. Golborne obviamente que tiene su propia historia, pero es una historia más vinculada a su carrera profesional, a su éxito como ejecutivo del Jumbo, pero en política no basta tener un éxito real, sincero, verdadero y bien logrado para transformarse en un liderazgo nacional. Un liderazgo nacional no solamente requiere el carisma y voluntad de quien lo conduce, sino que requiere una fuerza política, social y cultural que lo respalde.
-¿En su opinión el Presidente Piñera se ha sobreexpuesto?
-No. Yo creo que cualquier Presidente aunque tuvieran caracteres distintos, un buen trabajo le hubiera sacado partido porque un buen trabajo le sirve al gobierno y le sirve a Chile. Ahora no sé si todos los presidentes habrían repartido pedazos de roca. Pero en todo caso yo creo que él está con un legítimo orgullo por lo que hizo como gobierno y como país. Ahora bien, sus asesores tienen que preocuparse de una regla. Hay una delgada línea roja. Antes de cruzarla es pura ganancia porque la gente premia lo bien hecho, pero si la cruzas es pura pérdida. Y le reitero que la gente castiga que lo bien hecho se instrumentalice. Lo que ha habido no es una sobrerreacción del Presidente. Hemos visto en los diarios a un regimiento de opinólogos y analistas afirmando que Chile cambió de un día para otro, que esto significa a la derecha en el gobierno hasta el 2044, en fin, ésos son entusiasmos pasajeros. Lo que me preocupa es que muchas de esas opiniones provengan de gente seria.
-Y a la hora de hacer un balance ¿cómo ha visto a la Concertación desde el 11 de marzo hasta ahora?
-La Concertación, en mi opinión, está viviendo el momento de mayor debilidad de su historia. ¡Nunca había estado más mal! Tocó fondo. Sin embargo, todo lo que toca fondo sube. Y apelando a los resultados de la encuesta de la Universidad del Desarrollo ahí se indica que el 50 por ciento de los consultados estima que la Concertación volverá a ser una opción fuerte y sólo el 25 por ciento estima que se dividirá.
-¿Visualiza tiempos mejores para la oposición?
-Esta situación de máxima debilidad tiene a lo menos tres hitos que la van a sacar de esto. El más relevante es lo que se firmó el pasado 5 de octubre, es decir los siete compromisos que se suscribieron, ya que le dan un horizonte programático de propuestas y contenidos. Si bien son títulos tales como reforma tributaria, reforma laboral, reformas políticas, son objetivos que abren un camino. Nunca en los últimos ocho meses había visto un documento firmado por los cuatro presidentes de partido que diera un horizonte. En segundo lugar, en el ámbito municipal, la Concertación está obligada a ponerse de acuerdo. Y en tercer lugar, la Concertación ya definió un tipo de relación con el gobierno y una forma de hacer oposición con el proyecto de royalty. Y lo digo porque toda oposición tiene que optar entre ser maximalista o pragmática. Y en este caso del royalty fue pragmática. Estoy razonablemente optimista, porque si la Concertación hace link con la mayoría de los chilenos ganará el 2013. Y para mí ese link tiene un solo concepto: la Concertación tiene que hacerse cargo de resolver el principal problema de Chile y que es la desigualdad. Y como la desigualdad la sufre, con más o menos intensidad, el 90 por ciento de los chilenos hay un potencial de crecimiento espectacular.
-¿Y qué le hace pensar que esa batalla puede ganarla la Concertación y no la Alianza ahora que está en el gobierno?
-Es imposible que la gane la Alianza, porque jamás va a atentar contra su base de sustentación política que es el ABC1. Y le cito nuevamente la encuesta de la UDD donde se señala que el sector socioeconómico que más apoya al gobierno y al Presidente Piñera es el ABC1 con el 67 por ciento. //LND.FUENTE. LA ANCION . DOMINGO.
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