Dos años de Transantiago: Expertos enumeran los beneficios del sistema
SANTIAGO, febrero 09.- Mañana se cumplen dos años de la que para muchos fue la fatídica mañana del sábado 10 de febrero de 2007. cuando se puso en marcha el Transantiago, el sistema de transporte que prometía cambiarle la vida a los capitalinos. En este tiempo, el tema ha traído una serie de costos políticos y, principalmente, para los usuarios, pero es innegable que aunque está lejos de llegar a un nivel óptimo, varias de sus falencias han ido evolucionando.
Por ello, Terra.cl consultó la opinión de expertos para que hicieran un balance a dos años de los aspectos positivos del sistema de transporte que reemplazó a las antiguas micros amarillas.
Louis de Grange, experto en transporte de la Universidad Diego Portales, destacó que el Transantiago desde que entró en vigencia, mejoró la conducción de los choferes sustantivamente, lo que también se tradujo en un mejor trato con los pasajeros, sobre todo con los estudiantes.
El profesional también resalta las mejoras en seguridad, tanto para los conductores como para los pasajeros, ya que con la modalidad de prepago del pasaje (Tarjeta Bip), los asaltos han registrado un franco descenso.
Pero también se ha registrado un descenso en la tasa de accidentabilidad, especialmente porque “ya no hay carrera por pasajero”, dice De Grange.
Ana Luisa Covarrubias, investigadora y experta en Transporte del Instituto Libertad y Desarrollo, subrayó que con el actual sistema se permitió la “empresarización” de los operadores, lo que implica “mejoras en términos de eficiencia, porque ahora tenemos empresas de buses y antes la ‘empresa’ era el chofer y su bus”.
Otro de los puntos destacados por los profesionales, y uno de los más valorados por los usuarios, es la integración de pago entre el Metro y los Buses –antes al hacer transbordos se pagaba dos veces- y la tarjeta Bip.
Para Louis de Grange, esta situación ha producida una suerte de “democratización del Metro”, ya que al no tener que pagar una doble tarifa, permitió que más usuarios usaran el ferrocarril subterráneo. “Antes era usado por un millón 300 personas y ahora 2 millones 300 mil. Hay un 40 por ciento (de usuarios) que nunca antes se había subido al Metro”, recalca.
La investigadora del Instituto Libertad y Desarrollo añadió que otro de los aspectos que mejoró el Transantiago es que los nuevos buses permitieron la reducción de la contaminación ambiental y acústica. Sin embargo, De Grange aclara que esta situación es “más bien en una proporción baja, no más allá del 10% de la polución en Santiago”.
Ello, explica la experta, se debe a que hasta 2007 circulaban 8 mil micros amarillas a diario, cifra que hace dos años se redujo a 4.500 buses y ahora bordea los 6 mil. Esto se traduce también en la disminución de la congestión en las calles santiaguinas.
Pero los buses no son la única cara del atribulado sistema de transportes, sino que también está el Metro. Para Ana Luisa Covarrubias, el negativo impacto que tuvo en un inicio fue mejorado rápidamente. “Tenía planes de contingencia, se reaccionó rápidamente haciendo gestión de flota, cosa que no se ha hecho con el transporte de superficie (…) y es el único medio que te da certeza (de tiempos de viaje y frecuencia)”, explicó.