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Gobierno atenúa efectos de la “semana corrida” a días de su entrada en vigencia

Jueves, 15 de Enero de 2009

Cuando faltaban menos de dos semanas para que comenzara a operar la ley de la “semana corrida”, la Dirección del Trabajo terminó por acoger algunos de los reparos del empresariado y redujo los alcances de esta polémica norma.

El 8 de enero pasado, la autoridad administrativa emitió un dictamen que recogió dos observaciones de la Comisión Laboral de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y corrigió la base de cálculo del descanso remunerado.

La ley que emanó del Congreso establecía, originalmente, que este beneficio se debía calcular sobre la base de todas las remuneraciones variables (comisiones y premios por desempeño). Para esos efectos, los empleadores debían dividir el total de esas platas por el número de días efectivamente trabajados durante el mes. El valor resultante sería el que correspondería pagar por los días domingo comprendidos en ese mes.

Génesis del conflicto

El proyecto de ley que originó este debate sólo se limitaba a igualar el sueldo base con el salario mínimo. Esto, pues algunos empleadores solían fijar sueldos base de $20 mil, por ejemplo, y los trabajadores alcanzaban o superaban el mínimo por la vía de comisiones y premios por cumplimiento de metas y gestión.

El problema es que esta iniciativa se desnaturalizó luego que el ex ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, incluyera una indicación de última hora que, como complemento, hizo extensivo el beneficio del séptimo día o “semana corrida” a todos los trabajadores que reciben una remuneración variable. Esta iniciativa no tenía relación alguna con el sentido del proyecto de ley.

Esta indicación determinó que el pago de la “semana corrida” se debería calcular dividiendo toda la remuneración variable del empleado por el total de días trabajados. El resultado de esa división sería el valor del séptimo día y debería pagarse a todos los trabajadores, incluidos aquellos de altas rentas. Esta situación generó alarma en el empresariado, pues implicaba aumentos artificiales de sueldos.

Si se aplicaba esta fórmula, los empleadores estimaban que el costo de las planillas de sueldo se incrementaría hasta en 25%.

¿Qué cambia con el dictamen del 8 de enero? Que para el cálculo de la “semana corrida” ya no se considerará la totalidad de la remuneración variable, sino sólo el excedente que resulte después de sumar el salario base (supuestamente menor a los $159 mil que establece la ley como ingreso mínimo) al variable.

De todos modos, con esta modificación, las planillas se incrementarán hasta 15%, según estimaciones del sector comercio.

Con este nuevo dictamen, si un empleado gana $100 mil de sueldo fijo y $100 mil de sueldo variable, deberá sacar $59 mil de su remuneración variable y sumarla al fijo. Después de hacer ese ajuste, le quedarán $41 mil de excedentes, lo que utilizará como base para calcular la “semana corrida”. (ver infografía)

Distinto es el caso de un trabajador que genera comisiones que superan largamente el sueldo mínimo. Tal como advierte el secretario general de la Confederación de Trabajadores del Comercio, Leandro Cortez, el pronunciamiento de la Dirección del Trabajo tiene un sesgo que afecta precisamente a los empleados que ganan menos, los que podrían quedar sin este beneficio.

Si un empleado del retail, por ejemplo, gana $159 mil como suma de sus sueldos fijo y variable, su base para calcular la “semana corrida” será igual a cero. No hay que olvidar que el proyecto original apuntaba a favorecer, precisamente, a aquellos trabajadores de menores ingresos.

“El texto original de la ley no hacía ninguna distinción entre remuneración variable total y remuneración variable excedente. Con este dictamen, la Dirección del Trabajo está co-legislando, que es justamente lo que le criticaban los empresarios. A los trabajadores más pobres les sacan la plata del bolsillo derecho y se la meten en el izquierdo”, alega Cortez.

15% arriba

Originalmente, los gremios estimaban que la ley de la “semana corrida” provocaría un aumento de entre 15% y 25% del valor de la planilla,

Y aunque la modificación acota el alza, para el presidente de la Comisión Laboral de la Cámara de Comercio, Alberto Finlay, el dictamen no va al fondo del asunto y lo único que hace es maquillar una ley tan mal hecha que, en algunos casos, duplica beneficios que los trabajadores ya tenían.

“Antes de la ley, también se les pagaba el mínimo, cumplieran o no con las metas. La Dirección del Trabajo no está colegislando, lo único que hizo fue entregar una fórmula de cálculo que facilita la carga administrativa. De hecho, los vendedores de más altos ingresos no se ven afectados en nada”, asegura el asesor del Comercio.

Tampoco verán alteradas sus remuneraciones los trabajadores que, antes de la ley, ya tenían derecho a la “semana corrida” por estar remunerados por día.

CÁLCULO
Con esta modificación, el incremento de las planillas se estima en un máximo de 15%.

Así se gestó la ley más polémica de los últimos años

La “semana corrida” es un beneficio creado en 1948 para evitar la vieja práctica del “san lunes” y, originalmente, favorecía sólo a aquellas personas que se desempeñaban en condiciones precarias. En esos años, los campesinos y obreros a trato solían fallar el lunes, debido a los estragos del fin de semana y a que no estaban sujetos a un contrato convencional. Para incentivarlos a cumplir, se les pagaba el domingo (descanso remunerado) a aquellos que trabajaban cinco días seguidos. El que faltaba un día, perdía el beneficio, así que el “san lunes” comenzó rápidamente a desaparecer.

Lo que hizo la norma aprobada el 21 de julio de 2008 (y que fue prorrogada hasta el 21 de enero luego de intensas negociaciones entre los gremios y el Gobierno) es universalizar esta disposición a todos los trabajadores que tienen sueldo mensual más un componente variable, incluso a aquellas personas de altos ingresos.

Una de las particularidades de esta ley es que se aprobó de manera unánime, sin oposición en la Comisión de Trabajo y sin que las cúpulas empresariales alcanzaran a reaccionar.

Y es que el entonces ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, logró la aprobación de una indicación de última hora que no fue advertida por los parlamentarios de oposición y que desnaturalizó el proyecto original. De hecho, el espíritu de esta iniciativa era igualar el sueldo base con el mínimo y no incrementar las remuneraciones.

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