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Mujer que combate cáncer con té de marihuana cuenta por qué apoya a Carter

Viernes, 23 de Mayo de 2014

Esmeralda López fue diagnosticada con cáncer de mama el año 2012 y encontró en la marihuana su mejor aliado para combatir los insoportables dolores tras las sesiones de quimioterapia. Por eso no dudó en apoyar la iniciativa del alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, transformándose en el ejemplo más gráfico de los beneficios del cannabis.

La mujer llegó al Servicio Agrícola Ganadero acompañando al alcalde UDI en la solicitud formal para plantar marihuana en la comuna con fines medicinales. Una historia de dolor y lucha es la que carga Esmeralda en su espalda y relató a Nación.cl todo lo que vivió antes y después de utilizar la planta.

“Durante las quimioterapias me sentía muy mal, pésimo. Ahí llegó un amigo y me dijo toma, ahí tienes una hojita de marihuana, fúmatela”, cuenta recordando esos momentos complicados por la enfermedad.

Pese a las recomendaciones y conocidos beneficios de la marihuana, Esmeralda no pudo fumar porque “me molestaba la garganta, yo no fumo ni cigarro entones nunca pude porque no me gustaba”.

Fue ahí que le contaron de las infusiones y “así empecé”. El cambio se notó de inmediato, señala la mujer, “se me calmó visiblemente el dolor de estómago, porque después de la quimioterapia el estómago queda como ardiendo, es desagradable, las náuseas son terribles y todo”, dice.

“En la primera quimioterapia tenía pastillas solamente, no tenía la marihuana y fue horrible, los cinco días más terribles de mi vida. La segunda, apenas llegué de la quimioterapia me tomé un tecito y ‘altiro’ me calmó el dolor de estómago, pude dormir, porque con náuseas y dolores no se puede dormir. Después despertaba con hambre, comía un poco, descansaba, funcionaba bien”, comenta.

Por eso es que ahora decidió apoyar la campaña del alcalde Carter, pues “a mí me sirvió, yo lo digo porque yo lo sufrí, yo padecí los dolores y a mí me quitó los dolores”, complementa.

Incluso su familia estaba más tranquila porque “me veían bien”. Y cómo no si después de la primera quimioterapia “me vieron tan mal que estaban asustados que en la segunda me pasara algo más grave”.

ME ESCONDÍA DE MI FAMILIA

Aunque la marihuana le calmaba los dolores y le permitía llevar una mejor vida durante la enfermedad, Esmeralda no le contó a su familia desde el principio por el miedo a usar una droga prohibida como tratamiento.

“Un amigo me dio una plantita chiquita y yo de esa la sacaba. Me daba miedo, primero andaba súper escondida, nadie sabía en mi casa, ni mis hermanas, ni mi hijo, nadie. (Sólo) mi marido me preparaba la infusión y decían que estaba tomando tecito no más”, detalla.

Pero con el pasar del tiempo prefirió sacarlo a la luz porque “las infusiones eran maravillosas, cuando vomitas cinco días seguidos después te levantas con el cuerpo destrozado, pero eso me calmaba”, cierra.
FUENTE. LA NACION.CL

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