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Lagos Weber: “Con Allamand y Matthei esperamos más diálogo con el Gobierno”

Domingo, 16 de Enero de 2011

Para la Concertación estas son horas difíciles. Mañana se cumplirá un año de la derrota en las elecciones presidenciales y en la coalición opositora aún quedan cuentas pendientes, reflexiones por hacer y empujar finalmente el carro hacia una nueva identidad. Es como si el luto no hubiera terminado. Ricardo Lagos Weber vivió en crudo esos momentos ya que junto a Carolina Tohá y Claudio Orrego, formó parte del último bastión al que recurrió la Concertación para enfrentar el período que hubo entre la primera vuelta y el 17 de enero. Ese fue un tiempo en el que ni siquiera alcanzó a disfrutar el hecho de haber sido electo Senador por la Región de Valparaíso. Al contrario, en un día como hoy, hace un año, Lagos Weber junto a los líderes de la campaña estaba sólo a la espera del escrutinio ciudadano que se iba a registrar al día siguiente. Ya no había nada más que hacer.

Al cabo de un año, el parlamentario está dedicado a intentar reflotar el barco y así se convirtió en uno de los protagonistas de una oposición que a pesar de ser mayoría en la Cámara Alta, aún no logra definir con claridad su futuro. Y mientras dedica estas horas a la reforma educacional que impulsa Joaquín Lavín, con quien se enfrentó en las parlamentarias, el Senador del PPD observa con atención los avatares de un gobierno que también busca sus ajustes.

-¿Qué le pareció el cambio de gabinete dispuesto por el Presidente Piñera?
-Resultaba del todo evidente que una vez que Ravinet presentó su renuncia, ello gatilló un cambio de gabinete más global. Quedó claro que se anticiparon los plazos y la prueba es que aún no se anunció el nombre del nuevo Ministro de Transportes. Además la llegada de Matthei y Allamand ciertamente persigue darle densidad política a un gabinete que demostró bastante impericia no solamente comunicacional sino que también de gestión. Y lo tercero, y que no es menor, es que el Presidente Piñera y Hinzpeter con estos cambios al incorporar estos buques grandes pierden un poco el control del gobierno. Y por último le puedo comentar que este cambio de gabinete se presenta en los medios como un éxito, en circunstancias que lo que hay es un cambio de gabinete como consecuencia de un gobierno que baja en las encuestas, que no tiene credibilidad y que esta en medio de una crisis como la del gas en Magallanes. No hay que olvidar que los cambios de gabinete se concretan generalmente cuando las cosas no funcionan bien. Y en este caso, a pesar del lema de la nueva forma de gobernar, tuvieron que hacer un cambio de gabinete al igual que a la antigua.

-¿Este cambio representa a su juicio el triunfo de los partidos políticos de la Alianza?
-No cabe ninguna duda que los partidos políticos le impusieron su mano al Presidente Piñera. Recuerdo tanto lo que se dijo en su momento en el sentido que la Presidenta Bachelet había fallado porque incorporó un par de figuras más tradicionales. Creo que aquí se repite la misma receta ¿o no?. No hay que escupir al cielo.

-¿Y cómo ve usted el rol que van a jugar Andrés Allamand y Evelyn Matthei?
-Eso va a depender de cuánto espacio les dé el Presidente de la República porque en general los ministros se dedican a sus propias carteras. Pero si el Presidente Piñera les da espacios, pueden tender a opinar sobre temas políticos más gruesos aunque no sean de su ministerio. Creo en todo caso que tanto Allamand como Matthei en particular van exceder su ámbito propio de atribuciones.

-¿Y qué puede decir de la situación en que quedó Laurence Golborne?
-Bueno, Golborne las sacó gratis porque él fue uno de los que firmó el alza en los precios del gas…¡y ahora lo premian con dos ministerios!

-¿Cómo queda la Concertación ante este cambio que genera un gobierno con un perfil más político?
-Le reitero que la primera conclusión que saco es que este es un gobierno que se debilitó rápidamente como para hacer este ajuste tan grande y además recurriendo a parlamentarios. Y como Concertación, más que sacar conclusiones sobre este cambio de gabinete, insisto que nosotros debemos preocuparnos de lo nuestro. ¡No nos preocupemos tanto del gobierno sino que preocupémonos de nosotros!. Sí espero que con este cambio, el Presidente Piñera entienda que tiene que haber mayor diálogo y acuerdos políticos que hasta ahora no ha habido. Yo aspiro a que con Allamand y Matthei, más allá de lo que hagan ellos dos, la señal que ha dado el Presidente Piñera sea que habrá más disposición al diálogo para lograr acuerdos. Yo espero que un Allamand y una Matthei tengan mayor capacidad de diálogo que lo que he visto en un Hinzpeter y en otros ministros.

-Al cumplirse mañana un año de la derrota de la Concertación en la segunda vuelta ¿cuál es su reflexión?
-No tuvimos en la Concertación la capacidad de decirle al Chile que ayudamos a cambiar, las cosas que quería oír. Eso sumado a un desgaste y en algunos casos a malas prácticas en la política, creo que nos dañó como coalición. La derrota no era inevitable, pero nos sorprendió mucho. Ahora bien, si uno quisiera mirar hacia atrás, estuvimos a punto de perder cuando se enfrentaron Lavín y Lagos. Eso fue hace once años. Luego perdimos las municipales el 2008. Lagos tal vez tuvo la capacidad de contener a la derecha producto de su imagen y su fuerza. Y luego propusimos a una mujer como Michelle Bachelet. Es decir siempre provocamos y ofrecimos algo distinto. Lagos era distinto a Aylwin y a Frei y Bachelet era distinta a Lagos. O sea provocábamos.

-¿Y con Frei?
-Con Frei tratamos de explicar los cambios que venían a futuro pero con una coalición desgastada, con una imagen de malas prácticas en la política. Recuerdo que tras la segunda vuelta tuvimos el incidente de dos presidentes de partido de la Concertación que se fueron y dos que se quedaron. ¡Eso fue un desastre!. Para mí, ese fue el día en el que perdimos la elección. Frei en la campaña hizo lo mejor de sus esfuerzos, pero ciertamente no propusimos un candidato que pudiera seguir provocando la imaginación de los chilenos.

-¿Qué otros errores se cometieron?
-Hicimos una primaria trucha y después se victimizó a Marco Enríquez-Ominami más allá del apoyo abyecto que tuvo de parte de los medios.

-¿Y cómo ha sido este camino de ser oposición?
-Desde el punto de vista parlamentario creo que no hemos estado mal. Otra cosa es que aún cuando hemos hecho algunas cosas buenas cosas en el Congreso, finalmente la terminamos embarrando comunicacionalmente. Por ejemplo, el royalty fue un buen royalty para Chile, pero lo que quedó fue que el gobierno sacó el proyecto y que la Concertación votó dividida. O sea perdimos. En el caso del reajuste para el sector público, logramos algunas cosas valiosas como bonos y terminamos en el affaire Andrade. Ahí también perdimos. Es decir, siento que hacemos buenas cosas pero no las capitalizamos.

-De sus palabras se podría decir que ¿todo esto le resulta frustrante?
-A mí lo que me resulta frustrante es que nosotros no hemos sido capaces de generar un cuadro de entendimiento. No hemos logrado generar un tono y un registro para que la ciudadanía que no es de derecha diga ´ah, bueno, esta es la alternativa´. Yo no tengo vocación de opositor. La derecha tenía vocación de oposición. Yo no quiero ser oposición. Yo quiero ser alternativa de gobierno y para eso hay que darle un contenido a la propuesta de país, más allá de quien la encarne.

-Todas las encuestas, CEP, ADIMARK y CERC, indican que la Concertación está en una situación deplorable
-Así es. Por eso es que yo creo que no podemos seguir acumulando derrotas ni seguir autoinflingiéndose heridas propias, lo cual no significa no comprarse conflictos. Y tal vez sea la hora de enfrentar nuestras diferencias para poder procesarlas como lo hicimos en el pasado. No para echar a nadie sino que para poner los temas arriba de la mesa. La política también es tensión y hay que proponerle al país algo que tensione a la ciudadanía, que la haga reflexionar y reaccionar. ¡Si todos somos iguales, vamos a ser planos y chatos no más!. Hay que tomar en cuenta que hay instituciones muy importantes que entusiasman y que no están ni ahí con los políticos y que abordan temas como los de medio ambiente, derechos de los consumidores, mejor trato para los animales, mejor calidad de vida, en fin.

-¿Y qué puede decir respecto a esta discusión sobre si se debe ampliar o no la Concertación?
-Yo no tengo ninguna duda que la Concertación tiene que crecer si quiere ser gobierno. No conozco una transformación de la sociedad a partir de una minoría. Otra cosa es lo que hay sumar. Alguien va a creer que si se le cambia el nombre a la Concertación y trae a dirigentes que no están en la Concertación y los incorpora en una nueva coalición ¿eso va a impactar a la ciudadanía?. Imagínese por ejemplo que a los mismos presidentes de la Concertación se les agrega a Navarro, Teillier y a Enríquez-Ominami y le ponemos un nuevo nombre, y aparecemos los mismos en la foto. No pues, el tema es el contenido pero partiendo de la base que me quiero entender con todas las fuerzas. El tema es la unidad de la oposición que incluye al PC, al MAS y a los electores de Marco Enríquez-Ominami y todas las otras fuerzas políticas. Para eso hay que tener generosidad.

-En este contexto ¿qué pasa con Michelle Bachelet?
-Está a diez horas de vuelo y tiene un gran capital político. Va a depender de la ciudadanía y de ella si es que hay espacio para que aporte nuevamente. Pero para que la Presidenta Bachelet considere aquello lo mínimo que tenemos que hacer nosotros es ordenar nuestra coalición política, tener un proyecto andando y dar una gran lucha en las municipales. Esto también hay que hacerlo atractivo para la Presidenta Bachelet. Y mientras ella esté allá nosotros tenemos que seguir atinando. Si alguien está esperando que ella llegue a salvarnos, yo creo que es mucho mejor tener el camino preparadito. Yo ciertamente que voy a estar con ´la jefa´ si vuelve pero no voy a estar haciendo la política en función de que es seguro que ella vuelve. Hay que trabajar ahora.

Se lo pongo de otra forma: el hecho que se haya ido a Nueva York tal vez fue una señal para decirle a la gente que trabaje, que otros liderazgos asuman y que la Concertación se ordene. Uno no puede depender como coalición política de un nombre. Además hay que considerar que habrá 3,8 millones de nuevos inscritos los cuales en su gran mayoría son jóvenes.

A esos jóvenes ¿qué les dice Michelle Bachelet? ¿qué les dice la política actual?. Esos 3,8 millones tienen una estructura etárea distinta. Es gente que tiene otras vivencias. Son jóvenes que están muy desafectados de la política pero sí tienen opinión. Tienen opinión, toman la micro todos los días, tienen sueños, tienen frustraciones, tienen carrete, se separan, son madres solteras, tienen falta de oportunidades. Entonces como coalición tenemos que prepararnos para hablarle a ese mundo.

-En el cuadro actual ¿usted es o no un presidenciable?
-Eso lo define la ciudadanía.

-Pero ¿le interesa?
-Le reitero que eso lo decide la ciudadanía y yo a la gente la escucho harto.

-¿Cómo ve usted la celebración que se está preparando para mañana para festejar el triunfo de Sebastián Piñera?
-No tienen mucho que festejar. A Piñera no le ha ido bien en las encuestas. Este es un Presidente que no tiene credibilidad ante la ciudadanía y que ha buscado siempre algo que parece que no está consiguiendo y que es el cariño. Lo de Magallanes es muy serio porque no solo protestan por el alza del gas sino que ellos entendieron que en noviembre el Presidente Piñera les dijo que esto no iba a ocurrir. Hay un tema de credibilidad.

-En relación a otro tema ¿qué le han parecido los cuestionamientos a Guido Girardi para que asuma la Presidencia del Senado?
-Como el mismo Girardi lo dijo, una cosa son los temas que puso el Senador Frei respecto a si iba a apoyar o no los proyectos de la Concertación y otra cosa son los asesinatos de imagen. Nosotros como partido estimamos que hay que honrar los compromisos. En esa parte Guido fue categórico en decir que va a trabajar para el colectivo. Él ha estado haciendo buena letra. A mí lo que me interesa es que esa buena letra se le quede pegada y que no pierda esa buena ortografía. En todo caso en algunos sectores hay un doble estándar notable. Ha habido Presidentes del Senado de derecha que participaron en el gobierno militar en altos cargos. Yo habría esperado la misma fuerza en algunos medios para decir si era conveniente dar esa señal que el pinochetismo duro y puro podía ocupar ese cargo en democracia.

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