Las chilenas, cada vez más bravas
Definitivamente ya poco queda de la chilena que lideraba aquellas tediosas encuestas que la dejaba en el top one del recato y la discreción latina. Cómo no, si el 69%, es decir siete de cada diez, asume hoy que “puede hacer lo que quiera con su vida sexual”, o sea, su entrepiernas. Así se desprende de un reciente estudio realizado por la Corporación Humanas y que para el sexólogo y director del Centro de Estudios de la Sexualidad de Chile, Christian Thomas, representa, a simple vista, “un número saludable”.
Sin embargo, este proceso ha sido largo y lento. Haciendo historia femenina, los especialistas aseguran que la liberación de nuestras mujeres se ha desarrollado en la última mitad de siglo de la mano de la irrupción de uno de los grandes hitos del “sexo por placer”, como fue la llegada de la píldora anticonceptiva en los ’60, y que comenzó a cambiar la forma de vivir el sexo. Llegaba así a la cama de la familia chilena el ímpetu y la pérdida de miedos.
Pero vayamos a la profundidad de este estudio que midió cambios de percepciones entre 2007 y 2009 de las chilenas y el erotismo. Veamos:
Que puede tener varias parejas sexuales en su vida varió de 48% a 52%; que tienen derecho a obtener placer en sus relaciones sexuales subió de 37% a 43%; que la masturbación femenina no tiene nada de malo, aumentó de 48% a 63%. Lo que mostró retrocesos fue la apreciación de la chilena de que la sexualidad tanto dentro como fuera del matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer. En estos casos la percepción cayó de 68% a 62%. Sin embargo, donde más cambios se reflejan es en el “deber” de las esposas de satisfacer sexualmente a sus “maridos”. El 89% de las chilenas rechaza este mítico ecuación de matrimonio=sexo (asegurado para el hombre).
“Mayor demanda por la libertad sexual” ha sido a juicio de Mariela Infante, socióloga de la Corporación Humanas, el buque insignia de esta guerra declarada que dan las chilenas por liberar su cuerpo y mostrar abiertamente, como lo hicieron en las encuestas para este estudio, que por fin separaron reproducción y sexualidad. “Para que ésta sea algo independiente, autónomo, cuya finalidad sea el placer y no la preocupación de que te vas a quedar embarazada”, enfatiza Infante.
Frente a esta radiografía, Christian Thomas asume que pese al “breve lapso (análisis comparativo) de dos años, se nota un cambio manifiesto entre las chilenas”, especialmente porque los datos matemáticos se traducen en hechos reales, como ser que hay una “mejoría en los índices de disfrute y la construcción de un erotismo de pareja para las connacionales”.
Para Teresa Valdés, socióloga de Cedem (Centro de Estudios Para el Desarrollo de la Mujer), sin duda que el sexo por placer es cada vez más disfrutado por las chilenas, según la encuesta, fuera y en su propia casa. Esta premisa que hoy parece asumida y obvia, no lo era tanto hasta hace unas décadas. A modo de demostración un ejemplo: “La masturbación femenina está muy relacionada con que las mujeres puedan tener muchas parejas sexuales. El motivo es que ha cobrado importancia lo que ellas quieren, es decir, satisfacerse. Y según el estudio, hoy las chilenas se masturban más y libremente”, dice la especialista.
¿Sexo con o sin amor?
Un punto que llama la atención poderosamente en torno a las conductas sexuales de las chilenas es que el 60% de ellas diga sí ante la afirmación de que “la mujer es la que decide cuándo y cuántos hijos tener”. Una posición firme que relega al hombre al segundo plano, quitándole poder de decisión, sumiéndolo a los menesteres del destino más que del control paternal.
“Chile es un país regido por un patriarcado, pero reinado por las madres y el dicho popular ‘Dios lo quiera y la virgen lo permita’. Creo que nos relata de cuerpo entero. Las madres en general son las que permiten que ocurran las cosas, y creo que el porcentaje de embarazos con hijos no deseados tiene que ver con esto, con que no hay acuerdo. Aquí la mujer se embaraza cuando quiere, no toma en cuenta al hombre y él tampoco se involucra, porque lo siguen tratando como a un niño”, dice Thomas.
Aunque el 64% de las encuestadas cree que es importante que el sexo sea con amor, ese mismo porcentaje también cree que puede no ser así. Frente a esto que parece tan contradictorio, Valdés dice que “uno de los elementos de la individualidad tiene que ver con el reconocer lo que tú quieres y eso puede estar perfectamente ligado a los sentimientos. Porque este modelo de que si tienes menos sentimientos eres más moderna, no es verdad”.
Para Thomas, aquella vieja tesis de que “la vida sexual debe estar ligada al amor, impuesta desde el mundo patriarcal, no tiene ninguna relación con la naturaleza, de manera que no me parece en nada raro que todavía esté muy impregnado este discurso y que la mujer no se haya podido apropiar de una sexualidad mucho más animal y no tan afectiva”. Para el especialista, se trata de una tarea pendiente para ella.
¿Cuál sería la tarea para la casa según él?: “Adueñarse de la mujer más erótica y más pecadora, de manera de aumentar las tasas de masturbación, disminuir las fallas en el deseo o la excitación y contactarse con su propia vagina o su cuerpo”. //LND
Técnicas infalibles
EL PREÁMBULO: en ocasiones la velocidad lo hace todo más vertiginoso e ir directo al grano resulta excitante, por ejemplo, cuando se tiene sexo en un espacio público. Pero al tener relaciones en la cama, la “previa” cobra más relevancia. También ayuda a romper la rutina. Lo principal en el preámbulo es dejarse llevar, relajarse y aplacar -mientras se pueda- la ansiedad. Acariciarse, morderse y besarse mutuamente y con calma es una buena alternativa, pero también es bueno estimular al otro mientras él no hace más que disfrutar. Para las mujeres, el preámbulo es especialmente importante y les ayuda a generar más conexión con el momento. El hombre en cambio suele ser más inmediatista. Hay que balancear.
EL PETTING: esta técnica lo permite todo, menos la penetración. La idea es acrecentar el juego sexual e incluso llegar al orgasmo pero a través de masajes, lamidas u otra técnica que se maneje. Ayuda a conocer mejor los cuerpos y a experimentar el placer de una forma distinta, ya que implica exploración y creatividad para producir la excitación y el goce. En las mujeres hay que estimular los pechos, sobre todo pezones y en la vagina se debe partir suavemente recorriendo los contornos y labios, para luego alcanzar el clítoris. Al estimularlo es importante generar movimientos lentos, pero de forma sostenida y cada tanto ir variándolos para evitar la monotonía. Pueden ser de lado a lado o diagonales. Con tal de generar el doble de placer en una mujer, el hombre puede ubicar su pulgar sobre el clítoris y masajearlo, al mismo tiempo en que introduce sus dedos en la vagina. Es muy importante tener en cuenta que esté lo suficientemente lubricada.
EL AUTOEROTISMO: la masturbación permite a las mujeres saber mejor qué es lo que les gusta y qué les causa más satisfacción. Por eso, luego de experimentarla, ya saben dónde tocarse y con qué velocidad hacerlo, Además, así pueden delinear para sus parejas la mejor forma de llevarlas al orgasmo. Algunas se estimulan el clítoris y otras, mientras lo hacen, también experimentan la penetración vaginal, unas utilizan lubricantes para mejorar el deslizamiento de sus dedos y hay quienes usan vibradores para lograr la autosatisfacción. Una mujer que tenga relaciones sexuales, igualmente puede masturbarse, ya que se trata de una actividad placentera que vive consigo misma y que no significa necesariamente que tenga una insatisfacción en su relación de pareja.
FUENTE. LA NACION.CL
TRABAJO EQUIPO DE LA NACION.CL






























