Obama impactado por tiroteo en base militar
Al menos, 12 muertos y 31 heridos dejó ayer un impactante tiroteo en la base del ejército estadounidense en Fort Hood, Texas, según informaron voceros militares que no entregaron inmediatamente más detalles sobre la circunstancia de los hechos.
Horas después de trascendida la información, el propio Presidente Barack Obama ofreció una conferencia de prensa en la que lamentó estos sucesos que calificó “como un terrible arrebato de violencia”.
“Ya es duro cuando nuestros soldados que sirven a la nación pierden la vida en misiones en el exterior. Pero es aún más horripilante cuando lo hacen en incidentes como éste en sus propias bases en el territorio estadounidense”, dijo Obama.
“Mis primeros pensamientos y oraciones están con los heridos y con las familias de las víctimas, así como con aquellos que viven y trabajan en Fort Hood”, agregó el Mandatario que, como confirmó el secretario de prensa de la Casa Blanca Robert Gibbs, siguió atento los hechos, monitoreándolo en el Salón de Situaciones de Emergencia.
Allí también se reunieron diversos asesores del Mandatario y lo primero que hizo la Oficina de Investigación Federal (FBI) fue descartar que se tratara de un acto terrorista. Agentes de este cuerpo ya se trasladaron a la base para investigar lo sucedido.
Previamente el teniente coronel Nathan Banks, vocero del Ejército en el Pentágono, en Washington, había informado que el primer incidente en Fort Hood estalló a la 1:30 horas locales en un centro de procesamiento de personal de la enorme base militar. El segundo fue en una sala de teatro.
Los agresores fueron tres soldados, de los cuales uno resultó muerto y los otros dos fueron detenidos. El atacante fallecido fue identificado como el mayor Malik Nadal Hassan.
ESCENARIO DE CONSTANTE VIOLENCIA
El sitio de internet del Ejército había informó que “Fort Hood está cerrado” y que todas las unidades de la base habían sido acuarteladas y habían recibido órdenes de confirmar la presencia de la tropa.
Fort Hood es la base militar estadounidense más grande del mundo. Situada 100 kilómetros al norte de la capital del sureño estado de Texas, Austin, y 80 kilómetros al suroeste de Waco, cubre cerca de 880 kilómetros cuadrados y alberga 42.000 soldados y unos 28.000 civiles.
Pero este no es primer incidente de violencia que se registra en este gigantesco complejo militar estadounidense. En los últimos dos años ha sido escenario frecuente de violencia protagonizada por los soldados.
Hace poco más de un año, tras un altercado, un soldado mató a balazos a su teniente y luego se suicidó. A fines de ese año, el ex convicto Denard Manns, fue ejecutado en Texas por robar, violar y matar en 1999 a la asistente médico, Michelle Robson, en un departamento cercano a la base.
En julio de este año, el soldado Armano Baca fue acusado de asesinar al militar Ryan Richard Schlak. Ambos eran miembros de la División 1 de Caballería que había regresado a Fort Hood del conflicto en Irak.
Hace sólo tres meses, el soldado Jared Lee Bottorff fue acusado de asesinar a otro soldado de Fort Hood al iniciarse una pelea entre los militares en la casa de uno de ellos.
El Ejército estadounidense sufre en la actualidad de una cifra récord de suicidios y de otros síntomas de trauma de soldados que regresan de las guerras en Irak y Afganistán.
FUENTE. LA NACION.CL






























