“Si la derecha gana, no habrá avances para la mujer”
El 19 de octubre pasado, Laura Albornoz dejó el gabinete donde se desempeñó como ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) desde el inicio del gobierno de Michelle Bachelet y desembarcó en el comando de Eduardo Frei para abocarse a la tarea de conquistar el voto femenino junto a la madre de la Presidenta, Ángela Jeria. Abogada y master en Gestión y Dirección de Recursos Humanos, es doctora en Derecho Civil de la Universidad de Sevilla, en España.
Ingresó a la DC a los 14 años y se dice que fue “la mano derecha” del ex falangista y ahora PRI Jaime Mulet. Su vinculación a los “colorines” que emigraron detrás del sueño de Adolfo Zaldívar provocó especulaciones de todo tipo, pero ella aclara que su tarea prioritaria es lograr que las mujeres comprendan que no da lo mismo quién gobierne, porque “es Frei quien tiene una agenda progresista para ellas”.
-¿Cuál es su tarea específica en el comando?
-Lo que estamos haciendo es convocar al 53% del electorado chileno, unos cuatro millones y medio de mujeres, para invitarlas a votar en conciencia y señalarles que él seguirá trabajando por la equidad de género. Éste es un tema político, que no debe ser reducido sólo al ámbito de lo social. Eduardo Frei Montalva tenía un eslogan que decía que sería Presidente por voluntad de las mujeres chilenas y creemos firmemente que Frei Ruiz-Tagle, al igual que la Presidenta Bachelet, también lo será por voluntad de las mujeres.
-Las propuestas de todos los candidatos parecen similares. ¿Por qué las mujeres deberían votar por Frei y no por Sebastián Piñera?
-Tenemos grandes diferencias. El discurso de género es eminentemente político e ideológico, no es sólo técnico ni se reduce al ámbito social. Nosotros no hablamos sólo de principios de igualdad, sino de cómo hacer valer estos principios en la práctica. La derecha tiene un discurso que puede ser muy semejante al de la Concertación, pero tiene un comportamiento que no es coherente con lo que se proclama.
-Acaban de votar en contra de la píldora en el Senado.
-Durante 20 años hemos visto cómo votan. Esta semana 13 senadores de derecha lo hicieron en contra de la píldora. Toda la Alianza votó en contra del proyecto de uniones de hecho en la Cámara de Diputados. Se han opuesto al proyecto que cambia el régimen de la sociedad conyugal, han impedido la iniciativa que permitiría el cambio del orden de apellido de los hijos. Esto, por mencionar sólo algunos ejemplos. Y la ley de cuotas tampoco ha tenido acuerdo. Insisto, una cosa es lo que se dice y otra es lo que se hace.
-¿Hay algo de fondo en esto?
-Lo que pasa es que la derecha sigue manteniendo una visión estereotipada de las mujeres, circunscribiendo sus tareas preferentemente al cuidado de los hijos. Cuando Piñera habla de políticas hacia las mujeres, habla de compatibilidad entre la vida laboral y familiar, como si eso sólo fuera obligación o un problema de nosotras. Cuando me tocaba hablar de la violencia contra las mujeres mucha gente de la Alianza no comprendía que esto no se soluciona fortaleciendo la familia, creando centros de orientación familiar solamente o reconciliando a las parejas. La violencia contra las mujeres tiene que ver con situaciones donde hay años de maltrato, con una víctima y un agresor que debe ser sancionado de acuerdo a la legislación penal.
-¿Se ve entonces como un tema menor?
-Pero si de estas materias están hablando las esposas de los candidatos en la campaña y no son temas de primera dama. El cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres es materia de Estado y así lo entendió Aylwin cuando creó el Sernam, así lo entendió Frei cuando dictó 14 leyes que cambiaron la situación jurídica de las mujeres. Así lo entendieron Lagos y Bachelet, especialmente ella, cuando hace del tema de género un asunto político y lo coloca en el núcleo central de su agenda.
-¿Qué otras diferencias se observan en las propuestas de campaña?
-Por ejemplo, cuando se plantea la extensión del posnatal. Piñera habla de un posnatal flexible que, tal como está orientado, beneficia particularmente a las mujeres de mayores ingresos. Nosotros hablamos del aumento gradual de un posnatal familiar donde hombres y mujeres puedan optar y hacerse cargo del cuidado de sus hijos, donde se incorpore a los hombres en este desafío porque no podemos seguir recargando a las mujeres con responsabilidades fuera del hogar y manteniendo las que ya tienen al interior de su familia. Hablamos de corresponsabilidad parental y de compatibilidad entre la vida familiar y laboral, pero para hombres y mujeres. Los enfoques son distintos. Hay visiones muy diferentes respecto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres o del acceso de la mujer al trabajo.
Junto a la madre de la Presidenta, Ángela Jeria, y al diputado PS Carlos Montes, Laura Albornoz visitó La Florida para conversar con mujeres. Foto: Leandro Chávez.
-¿Qué otras cosas se perderían si ganara la derecha?
-Sin ir más lejos, hace un mes, cuando se entregaron las propuestas del grupo Tantauco, nos enteramos que se quiere suprimir la institucionalidad que en Chile ha permitido avanzar en los temas de equidad y de género, que es el Sernam. La derecha propone subsumirlo dentro de una subsecretaría de servicios sociales. La cosa es muy distinta, porque en vez de tener una ministra con un cargo político que asuma los temas de género, teniendo como fundamento el empoderamiento de los derechos de las mujeres, se piensa en rebajar estas materias a una subsecretaría y circunscribiéndola al área social. Insisto, hay un enfoque conceptual e ideológico distinto.
-La UDI parece más conservadora en estas materias.
-Yo he visto en parlamentarios de toda la derecha, no sólo en la UDI, una postura igualmente conservadora y tradicional respecto del rol que debe cumplir la mujer en la sociedad y particularmente respecto de las obligaciones que debe cumplir al interior de la familia. En ese sentido, la agenda de Frei es progresista, como ha sido en todos los gobiernos de la Concertación. Nosotros hemos marcado un antes y un después, desde la creación del Sernam en el gobierno de Aylwin hasta la era de Bachelet, y hemos tratado de apegarnos estrictamente a los tratados internacionales que Chile ha suscrito y que tenemos la obligación de cumplir.
-¿Habrá un retroceso entonces si gana la derecha?
-Chile, en materia de equidad de género, no podría seguir avanzando bajo las concepciones más conservadoras y tradicionales de la derecha.
-¿Cómo se va a hacer el trabajo concreto para captar el voto femenino?
-En Chile hay un dato concreto. Más del 70% de los dirigentes sociales, en juntas de vecinos, centros de madres y centros de adultos mayores, es mujer. Ellas componen la gran dirigencia social en Chile y son actores eminentemente políticos, al contrario de lo que se nos quiere hacer pensar. Queremos despertar y reforzar ese rol, invitándolas a comprometerse con esta agenda de género. Ellas han defendido el gobierno de la Presidenta Bachelet y ahora queremos invitarlas a comprometerse con su continuidad representada en Eduardo Frei. Y no sólo tenemos buenas intenciones. Podemos hablar de la agenda progresista de género que tiene Frei y de su trayectoria. Él dictó leyes tan trascendentales como la de filiación, que dio igualdad a los niños, dejando esa odiosa discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos; la reforma constitucional que consagró la igualdad de hombres y mujeres fue aprobada en su gobierno; la primera ley contra la violencia intrafamiliar la firmó Frei. Estamos hablando de un candidato que conoce las necesidades de género. Yo el otro día decía, cuando me fui al comando, obras son amores y no buenas razones, aquí hay que demostrar con los hechos el compromiso con las mujeres, no basta poner a la esposa del candidato presidencial a hablar de los temas. No basta satisfacer sólo las necesidades de las mujeres en su rol de maternidad, también tenemos que reforzar su rol como agente productivo, validar y defender con propiedad sus derechos sexuales y reproductivos y reforzar sus derechos como actores políticos.
-¿Deberían sumarse otros ministros al comando freísta?
-Esta es una decisión personal y no cabe hacer proyecciones de las intenciones ni sobre qué tan necesaria puede ser la sumatoria de un ministro. En esta campaña, todos son bienvenidos, las personas que tienen cargos importantes, como los ministros, pero particularmente los ciudadanos y las mujeres. Se ha focalizado mucho en la llegada o no de ministros, pero yo creo que esta campaña lo que requiere es de los votos y del apoyo ciudadano.
FUENTE. LA NACION.CL
Por Verónica Muñoz Latrhop / LND






























