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Piñera, estancado

Domingo, 14 de Junio de 2009

Nosotros somos muy optimistas y miramos la parte llena del vaso y la parte llena del vaso es que en los últimos 17 meses cualquier encuesta demuestra que Sebastián Piñera será el próximo Presidente de la República”, comentaba a La Tercera el generalísimo de la campaña del candidato de la Alianza, Rodrigo Hinzpeter, respecto de la abrupta baja de 10 puntos que sufrió el postulante entre abril y mayo en la encuesta Ipsos.

El hecho, sin embargo, es que desde abril hasta ahora, todas las mediciones de CERC, TNS-Time, Ipsos-Chile e Imaginaccion muestran que Sebastián Piñera apenas supera el treinta y tantos por ciento de las preferencias y, peor aún, ha mostrado una baja.

Los analistas consultados por LND coinciden en que el candidato de la Alianza prácticamente ya copó a su electorado duro y leal, pero la incógnita que aún permanece es si logrará captar a un grupo de indecisos que tradicionalmente votaba Concertación y que ahora no se sabe por quién votarán, a raíz del confuso panorama que reina en coalición oficialista.

La evolución de Piñera como presidenciable comienza en 2005, cuando captó un 25,41% de sufragios, superando por apenas dos puntos y fracción a su más próximo contendor, Joaquín Lavín (23,23%).

En la segunda vuelta logró un 46,5% que no alcanzó a sumar las votaciones de ambos candidatos de la derecha. Piñera tampoco logró el 47,51% que obtuvo Lavín en primera vuelta de 1999.

Al margen de las consideraciones metodológicas, que ha llevado a un debate respecto de la seriedad de las mediciones de opinión pública, Piñera mostraba un buen desempeño como candidato el año pasado. A modo de ejemplo, en diciembre, marcaba un 41% en CERC en la consulta quién le gustaría que fuera Presidente.

A juicio del analista electoral de Imaginaccion Carlos Correa, “en 2008 Piñera tiró toda la carne a la parrilla, como cuando creó el Grupo Tantauco. Ahora está en el piso histórico de la Alianza y tampoco ha mostrado nada, a diferencia del año pasado”.

Una apreciación similar, pero con matices tiene el decano de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán: “Efectivamente en las variaciones que ha sufrido Piñera (en las encuestas), aparece como que no estuviera subiendo o bajando y, por lo tanto, se podría concluir que estaría estancado. En cierto modo es así, pero lo que pasa es que hay un grupo muy importante, y eso se da en todas las elecciones, de personas que no declaran sus preferencias. Por eso no se pueden hacer pronósticos”.

Guzmán reconoce que, efectivamente, las encuestas muestran que “Piñera está en el piso ( ). Lavín pegó la raspada a la olla (en 1999) y estuvo a un punto de Lagos, y uno podría esperar que esa situación pudiera repetirse. Adicionalmente, Piñera necesita crecer un poco más y captar a esos sectores de desencantados de la Concertación”.

IDIOTEZ

Según el analista Carlos Huneeus, de CERC, es imposible que un candidato baje 10% de un mes a otro, como mostró la encuesta Ipsos-Chile en su variación abril-mayo.

“Es una idiotez. Este país tiene una estabilidad subjetiva tremenda y, cuando se producen estas caídas, son malas encuestas. No es falla de la población”.

Su explicación apunta a que, por una parte, la mayoría de los chilenos aún no está preocupada de las variaciones políticas, sino de temas más urgentes como el desempleo. Incluso asegura que lo más probable es que Piñera suba en las encuestas, una vez que se defina el panorama electoral en la Concertación.

“Y la derecha va a trabajar más. La derecha no está haciendo nada por la campaña ( ) Piñera no tiene comando, está recorriendo el país, pero qué significa. Nada”, advierte.

Otro factor que habría influido en el estancamiento del abanderado de la derecha fue el mal manejo del caso de colusión de farmacias que salió a la luz pública en abril pasado. Ello pese a que Piñera sólo tenía alrededor de un 2% de las acciones en FASA y, por lo tanto, ningún nivel de decisión en el directorio.

“El manejo comunicacional fue tan malo, que Piñera quedó vinculado a un grupo social de los más ricos y a la colusión, pese a no tener culpa en el tema”, asegura Carlos Correa, de Imaginaccion.

¿EL MARCO DE PIÑERA?

Hasta ahora, una de las incógnitas sobre el electorado de Piñera es qué va a pasar cuando el senador Adolfo Zaldívar despliegue su campaña.

“Ese factor nadie lo ha tomado en cuenta. Todo lo que él reúna se lo va a quitar a Piñera, no a la Concertación”, dice Huneeus.

También tiene dudas al respecto el académico de la Universidad del Desarrollo: “Hasta el momento, la pregunta es quién va a captar los votos de los desencantados de la Concertación. ¿Los tiene Zaldívar? ¿Ya los tiene Piñera? No lo sabemos”.

Esa opinión no es compartida por el integrante de la Coalición por el Cambio, el ex PPD Jorge Schaulsohn: “La votación de Zaldívar es muy pequeña, casi insignificante. No creo que tenga impacto. No es su culpa, sino que este escenario nuevo (la irrupción de Marco Enríquez-Ominami) lo dejó fuera”.

Schaulsohn asegura que en la próxima elección habrá apenas dos o tres puntos de diferencia. “Nadie va a arrasar”. El ex parlamentario explica que el electorado está dividido en dos grandes segmentos que se reparten un 40% de preferencias cada uno.

A eso hay que agregar un 10% de indiferentes y un 10% de indecisos, “que en 1999 se volcaron abrumadoramente en primera vuelta hacia Lavín, cuando estuvo tan cerca de ganarle a Lagos. Ellos favorecieron a Piñera y a Lavín, y juntos superaban a Bachelet, pero en la segunda vuelta, una parte volvió a votar a la Concertación y le dio el triunfo a la Presidenta”.

Schaulsohn añade que ninguna de las coaliciones ha ganado aún ese techo de 40% y que la elección dependerá de ese 10% de auténticos indecisos.

¿Cómo se los conquista? En su opinión personal, asegura que lo que han mostrado las elecciones es que se trata de un grupo de tendencias más liberales y, por lo tanto, el candidato de la Alianza tendría que atreverse a estar a favor del aborto terapéutico, el reconocimiento legal a las parejas homosexuales, no tenerle miedo a la negociación colectiva y respaldar el voto a los chilenos en el exterior.

“Hay que botar trancas”, concluye Schaulsohn, refiriéndose a los partidos que apoyan a Piñera, decididamente conservadores en lo moral y económico.

FUENTE. LA NACION .CL

Nacional

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