Lollapalooza 2013 se consagra como el evento musical más convocante de Chile
Eran tantos que Eddie Vedder, el vocalista de Pearl Jam, tuvo que sacar unos binoculares para mirar desde el escenario: 70 mil personas llegaron ayer hasta el Parque O’Higgins, la mayoría reunidos para ver el cierre con la banda de Seattle, abrochando la convocatoria más grande que haya tenido el festival en sus tres ediciones. Ayer, las entradas para la primera jornada se agotaron a las 18.10 horas y, con ello, Lollapalooza 2013 se convirtió en el evento musical actual que más gente congrega en Chile.
Porque hay ejemplos previos de conciertos en solitario: U2 superó los 73 mil en el Estadio Nacional, en 2011; y más atrás, en 1991, Silvio Rodríguez metió a 80 mil personas al mismo recinto. Pero de los eventos musicales presentes, Maquinaria llevó a 60 mil personas al Club Hípico en 2011, para la jornada de Alice in Chains; mientras que el Festival de Viña, en su mejor día, reúne a 15 mil personas.
El lleno comenzó a fraguarse muy temprano. Cuando Banda Conmoción pedía palmas, ahí había tres mil pares, al menos, siguiendo el bombo. Mucho, considerando que el grupo nacional era el primero en la lista de los 62 nombres que ayer comenzaron a pasar durante la primera jornada del festival de música Lollapalooza. Las puertas abrieron a las 11.30 y a esa hora ya había una fila, por calle Tupper, de una cuadra.
En los escenarios paralelos, lo mismo. Lleno total en el Movistar Arena para ver a Crystal Castles o para escuchar a Major Lazer soltar su versión para Estrechez de corazón. El polvo llenaba los pocos espacios que quedaban entre el baile que acompañó a Passion Pit. Por primera vez, el Parque O’Higgins se sintió pequeño, haciendo los desplazamientos más duros, y reduciendo la vista. Para eso, la producción hizo debutar torres repetidoras de sonido, que en el escenario Coca-Cola respondieron a la perfección, pero que en su gemelo, Claro, carecieron de la misma potencia y definición.
Y fue en los escenarios principales donde se creaban postales imborrables: la primera, cuando en el show de Queens of the Stone Age, durante su canción Little sister, el mismo Eddie Vedder subió hasta el escenario, para unir su voz con Josh Homme cuando caía el atardecer en Santiago. Se iba el sol, un invitado que se hizo sentir, aunque esta vez, la producción instaló banderas para dar sombra a los asistentes. Entre ellos, muchos extranjeros: brasileños, colombianos, uruguayos y también estadounidenses.
Lo de Vedder con Queens of the Stone Age fue un regalo anticipado para los fanáticos de Pearl Jam, que eran mayoría. La banda de Seattle subió 10 minutos antes de las 21.00 horas, y alargó su set hasta las 23.00, cuando timbraron la despedida con Yellow ledbetter y saltaron hacia una van que los sacó del recinto.
Durante la actuación, Vedder, botella en mano, alabó el fermentado nacional (“El vino chileno es más bueno que la chucha”, dijo en español); pidió a la gente que retrocediera tres pasos para evitar las avalanchas humanas; entonó el cumpleaños a su compañero, el guitarrista Mike McCready (con tortazo incluido); subieron a un fanático a tocar guitarra durante el cover Sonic reducer, y soltaron fuegos artificiales junto a Perry Farrell -el fundador del festival- y Homme, de nuevo, siguiendo el ritmo de Rockin’ in the free world. Toda la actuación de Pearl Jam -a diferencia de lo que pasó en Argentina y Brasil- pudo verse de forma íntegra, con un par de minutos de retraso, a través de un streaming vía internet que también hoy, en la segunda jornada del festival, transmitirá durante todo el día.
Fuente:latercera.cl