Gerente de Mall Universo Chino: “Las clases medias también merecen precios competitivos”
Jian Zhen Chen (48) saca un cigarro tras otro en una improvisada oficina en el tercer piso del Mall Universo Chino. El Gerente General de la nueva mole comercial de Estación Central tiene un aspecto duro, como un militar treinteañero que ha visto abrir y cerrar miles de tiendas como la que maneja en Alameda 2939, a par de cuadras del barrio Meiggs. A dos plantas de profundidad, el comercio de ropa, tecnología y gadgets típicos de Oriente hierve al mediodía, hora peak de las ventas. Mientras tanto, Zhen sigue calando un cigarro que parece hecho de mármol.
“Comencé en el rubro textil, en la venta de vestuario y a eso me he dedicado generalmente. Pero haciendo negocios con chilenos me he dado cuenta que a diferencia de otras economías más poderosas como Argentina y Brasil en la región, en Chile uno puede encontrar algo que en esos países no: estabilidad”, dice a través de Chai y Vicente, dos intérpretes que le siguen cada palabra.
“Me llama la atención que pese a la crisis mundial sigan llegando comerciantes de todo el mundo a este país. Creo que económicamente todo el mundo está igual de mal, pero comparativamente Chile es uno de los escenarios más estables en los que pude llegar a establecerme con esta tienda”, agrega.
El empresario dice que junto a otros tres socios, pensó en el mejor plugar posible para instalar el primer barrio comercial 100% chino en la ciudad. Tomó en cuenta que Patronato y Meiggs basan su éxito en la importación y que atraen cada vez más a un público más exclusivo.
“Ubicar el mall en Estación Central era necesario para quedar cerca de los buses interprovinciales, el tren y en general de los clientes que viajan a Santiago para abastecerse de mercadería”, explica.
Comenta también que no quiso establecerse en los otros barrios porque quería desmarcarse de la oferta actual y favorecer la colaboración entre su colonia dando trabajo a un 95% de empresarios chinos y cerca de 500 chilenos operarios.
“Pensé en poner en un solo lugar a todos los fabricantes, asi se disminuye el costo por intermediarios. Esa es la desventaja de Patronato y Meiggs, que no son lugares propiamente chinos y los precios no son los que deberían porque hay mucho importador intermedio”, cuenta.
todo pasando
A 15 mil kilómetros de su hogar, Zhen pasa revista a los 150 locales del lugar. La mayoría de las personas lo saludan respetuosamente, pero en su idioma original.
Sin embargo cuando habla con otros empresarios chilenos fija la mirada en su interlocutor aunque no hable una pizca de español y dependa de dos intérpretes para la conversación.
“La primera vez que vine a sondear negocios a Chile estuve en la Zofri. Fue en el mes de marzo del año 2004. Recuerdo que me sorprendió que no hubiese mucha gente, que el centro comercial estuviera funcionando a baja capacidad. Estuve una semana y me devolví a China”, dice sobre la experiencia que le dejó la imagen de un comercio pobre y de bajo impacto. Cuenta que al año siguiente un par de amigos que venían de un exitoso paso por Chile le recomendaron que no se quedara con esa imagen, que marzo no es el mes en que los chilenos más invierten y que probara suerte en Santiago.
“Yo no quería volver más, pero ese 2005 me di cuenta de lo que me querían decir”, explica. El intérprete se da una licencia para entender la oportunidad “entendí que económicamente en Santiago estaba todo pasando y que incluso mucha gente de regiones venía acá a abastecerse”, recuerda.
Míster Zhen cree que la ventaja comparativa por sobre otros malls chinos como el de Alonso Ovalle es que es el propio fabricante quien vende acá en una especie de outlet en el que el contacto chileno tiene directa relación con el productor en Asia.
Así se puede encontrar la misma prenda para mujer que en Patronato cuesta sobre $10 mil a menos de $5 mil, así como otros artilugios que sólo se le pudieron haber ocurrido a un asiático para organizar los cables de la casa, juguetes didácticos, electrónica y ropa interior a precios de granel.
Precios y competencia
Algunos vendedores explican en su forzado español, que muchos de los clientes de regiones vienen con $100 mil al mes y se llevan un negocio armado para regiones. “Ellos traen cosas que el mundo está pidiendo, y si antes debías ir a la importación para adquirirlo, finalmente terminabas comprando el stock del año pasado. Acá, todos traen material un año adelantado”, explica.
La oferta de vestuario, carteras, calzados, perfumería, ropa interior, joyería, relojes, anillos, artículos de regalo y accesorios suma también, por la inauguración, el sorteo de 5 automóviles 0 KM, 50 televisores LED y otros 60 mil premios a los que se puede optar por compras superiores a $20 mil.
Consultado sobre el impacto de esta economía asiática del descuento y el premio en medio de un sector donde aún existen empresarios chilenos en el clásico formato de la galería o el caracol, Zheng explica con la razón por delante.
“Lógicamente creo que este nuevo actor en el comercio va a afectar al barrio, porque se trata de modelo nuevo. Precios bajos y presencia de fabricantes sólo van a favorecer la competencia y a los clientes. “Cuando hay competencia, un país avanza y las clases medias también merecen precios competitivos que en detalle puedan ser flexibles”, cree.
FUENTE. LA NACION.
FOTOS. LA NACION.CL