Piñera acusa a Bolivia de “obstaculizar” relaciones
La Moneda siguió con atención el discurso del Presidente de Bolivia, Evo Morales, durante las celebraciones por el Día del Mar en ese país. Se esperaba que el Jefe de Estado del país andino diera una fuerte señal de que se jugaría el todo por el todo para retornar con soberanía al mar. Y así fue. Morales, que enfrenta un complicado panorama interno, anunció la decisión de ampliar la estrategia para enfrentar en esta materia a Chile. Al diálogo bilateral, Bolivia sumará acudir a organismos y tribunales internacionales con el objetivo de poner fin a la mediterraneidad del país andino.
Los dichos del Jefe de Estado boliviano fueron recibidos con sorpresa en La Moneda, pues Morales borraba de un plumazo el entendimiento bilateral que ambos gobiernos desarrollaban con fuerza desde 2010, cuando el Presidente Sebastián Piñera ratificó la agenda de 13 puntos que Morales había sellado en junio de 2006 con su antecesora, Michelle Bachelet, y que incluía, por primera vez, la centenaria aspiración marítima del país andino.
La reacción del gobierno fue analizada intensamente tanto en el Edificio Carrera -sede de la Cancillería chilena- como en La Moneda.
Y si bien la puesta en escena preparada apuntaba a que la posición oficial sería dada a conocer por el jefe de la diplomacia nacional, Alfredo Moreno, finalmente se decidió una puesta en escena de Estado.
En el salón Pedro de Valdivia y con banderas chilenas de fondo, el Presidente Sebastián Piñera aseveró que “las declaraciones del Presidente Morales incluyendo su intención de acudir ante tribunales u organismos internacionales para su aspiración reivindicatoria territorial y marítima constituyen un serio obstáculo para las relaciones entre ambos países y no se condicen ni con la letra ni con el espíritu del Tratado de 1904″.
A renglón seguido, enfatizó que los dichos de Morales no se condecían con “los términos acordados en los múltiples encuentros de trabajo” y “comprometen el acuerdo alcanzado en diciembre pasado entre los presidentes de Chile y Bolivia para reforzar las relaciones bilaterales”.
“Bolivia no puede pretender un diálogo directo, franco y sincero como sostuvo el Presidente Morales en su discurso, mientras simultáneamente manifiesta su intención de acudir a tribunales u organismos internacionales para impugnar un tratado plenamente vigente”, recalcó.
De esta forma, La Moneda fijó que, a partir de ayer, las relaciones Santiago-La Paz no serán fluidas o, al menos, no al nivel alcanzado en el último año. El anuncio de Morales resquebraja las medidas de confianza impulsadas por ambos gobiernos para acercar posiciones que permitieran llegar a un consenso en la agenda de 13 puntos.
En Palacio recuerdan que Chile no tiene temas pendientes con Bolivia, pues todo quedó zanjado en el tratado de 1904, ratificado por el país altiplánico y por ende, la multilateralización de la pretensión boliviana sólo entrampará los posibles avances, ya que Chile está dispuesto a conversar sólo sobre la base de encuentros bilaterales para desarrollar la agenda sin exclusiones.
Es que, señalan fuentes diplomáticas, la inclusión en la agenda bilateral de la demanda marítima era un gesto hacia Palacio Quemado, en la lógica de perfeccionar el acceso de ese país al mar, pero no de hacer una cesión de territorio con soberanía.
Respecto del hecho de que Morales invocara que la Constitución de su país define el retorno al Pacífico como un objetivo “irrenunciable y permanente”, el Mandatario chileno dijo que “esto constituye una pretensión inaceptable, ya que implica dar prioridad a una norma interna por sobre un tratado internacional, situación jurídicamente inadmisible”.
En este contexto, el Presidente Piñera reiteró la “voluntad de diálogo bilateral para seguir avanzando en la búsqueda de soluciones concretas, útiles y factibles para ambos países”.
EL ANUNCIO
Morales abrió un nuevo escenario en las relaciones bilaterales, al anunciar que su país recurrirá a organismos y tribunales internacionales para retornar con soberanía al océano Pacífico.
“Nuestra lucha por la reivindicación marítima ahora debe incluir otro elemento fundamental: Acudir a los organismos internacionales y tribunales demandando el derecho y justicia hacia una salida libre y soberana al Pacífico”, dijo el Mandatario.
El anuncio lo realizó en el marco de la conmemoración del Día del Mar, que recuerda la batalla de Tópater, que selló la mediterraneidad del país andino y que es un escenario en que tradicionalmente se exhorta a Chile a entregar respuesta a la centenaria aspiración marítima.
Consciente de la necesidad de planificar la estrategia de multilateralización, Morales apuntó la creación de la “Dirección General de Reivindicación Marítima”, que preparará “jurídicamente las acciones por la causa marítima boliviana, y a la cual todos los bolivianos, gobernantes y gobernados, ayudaremos a que cumpla eficazmente su trabajo”.
Asimismo, solicitó a la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobar “a la brevedad posible todos los tratados y convenios internacionales que nos posibiliten esta misión que hoy empezamos los bolivianos”.
En la práctica, Bolivia buscará el apoyo de la comunidad internacional para exhortar a Chile a responder a la demanda marítima, en los términos que busca Palacio Quemado… una salida al mar con soberanía, asunto que ha sido descartado en múltiples ocasiones por Chile.
Una franja en el límite norte -tal como la propuesta en el abrazo de Charaña por Augusto Pinochet a Hugo Bánzer- implica visto bueno de Perú, pues el tratado de 1929 establece que cualquier cesión de territorios en las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá debe ser autorizada por Lima, toda vez que dichos territorios le pertenecieron en el siglo XIX.
Y si bien Perú ha dicho que no será un obstáculo para que Bolivia retorne al mar, lo cierto es que esa alternativa implicaría quebrar la continuidad moral de Tacna con Arica.
Adicionalmente, visar un acuerdo de este tipo podría afectar la pretensión marítima que Perú presentó contra Chile en la Corte Internacional de La Haya.
Con todo, Bolivia ya había impulsado anteriormente la multilaterialización del conflicto. De hecho, en 2006, Palacio Quemado buscó que la OEA asumiera un rol protagónico en su aspiración marítima, reeditando el escenario de 1979, cuando el organismo internacional -entonces reunido en la capital boliviana- instó a Santiago y La Paz a iniciar un diálogo tendiente a que Bolivia recuperara un acceso soberano al mar.
Y en 2010, también durante el Día del Mar, Morales había dejado abierta la puerta a la posibilidad de un arbitraje para obtener una respuesta concreta a su aspiración de poner fin a la mediterraneidad.
QUIEBRE DE CONFIANZA
El análisis es compartido por los senadores de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Jorge Pizarro (DC) y Hernán Larraín (UDI).
Larraín señaló que “las palabras que ha pronunciado hoy (ayer) el Presidente Evo Morales vuelven a generar mucha desconfianza y rompen ese clima que se ha estado trabajando”, en alusión a la agenda de 13 puntos que ambos países han discutido desde 2006.
Pizarro, a su turno, agrega que resulta “muy difícil” mantener esa agenda, pues Bolivia puso sobre el tapete la idea de judicializar el asunto.
“Chile -dijo el senador DC- no va a entregar soberanía, por lo tanto, para construir una fórmula distinta que concilie varios intereses, se requiere mucha confianza, diálogo político y generosidad… y no se puede hacer de manera unilateral, por un lado pidiendo una cosa y por otro lado, golpeando (la mesa) de una manera que no corresponde”.
En esta dirección, instó a “insistir en el diálogo para encontrar alguna fórmula que concilie el interés boliviano de tener acceso al mar y que -a su vez- deje claramente establecida la soberanía de Chile… y eso requiere de generosidad que hoy lamentablemente se empieza a resquebrajar cuando se hacen planteamientos como el que ha mencionado el Presidente Morales”.
Larraín añadió que “Bolivia debe salir de esta ambigüedad… un día se sienta a conversar y ve cuánto podemos avanzar dentro de lo posible y, al día siguiente por presiones internas, contradice esa postura, amenazando con ir a los tribunales en el ámbito internacional… y hay que elegir un camino”.
“Si la única voluntad es judicializar estos temas, aparte de que constituye un desaire al esfuerzo que ha hecho Chile, es también un error judicial monumental, porque no hay pie para una cosa de esa naturaleza”, advirtió Larraín, quien aseveró que “Chile no tiene deudas pendientes con Bolivia”, ya que los tratados vigentes desde 1904 “resuelven íntegramente nuestra situación fronteriza”.
El ex canciller y presidente de la DC, Ignacio Walker, agregó que el anuncio de Morales obedece “a lasituación interna más que a la externa, el gobierno boliviano se dispara en el pie, haciéndose daño a sí mismo, Bolivia ha equivocado el camino”.
“Sólo cabe calificar de retroceso una decisión que, una vez más, pareciera estar dictada por la situación interna de Bolivia, más que por un genuino interés en lograr una solución a su aspiración de cara al Derecho Internacional”, sostuvo.
Walker agregó que “Bolivia tiene una aspiración, no un derecho, en términos de una salida soberana al mar. No hay temas limítrofes pendientes con Bolivia. Estos fueron zanjados en el Tratado de 1904. El hecho -no el derecho- de haber incluido una reivindicación marítima en su nueva Constitución, no tiene ningún efecto sobre el Derecho Internacional. La Constitución Política de un país sólo tiene un efecto interno. Lo que rige a nivel internacional es el Derecho de los Tratados. Lo establecido en el Tratado de 1904, que fue ratificado libre y soberanamente en ambos países -de hecho, el Presidente de Bolivia, Ismael Montes, fue más tarde re-electo en su propio país- sólo puede ser modificado con un nuevo tratado”.
Desde la Comisión de RREE de la Cámara de Diputados, Mónica Zalaquett (UDI) afirmó que “los problemas internos de Bolivia están sobre las relaciones exteriores. Esto, debido a este síndrome bipolar que parece padecer el presidente Morales” y agregó que resulta “extraordinariamente difícil” continuar con el diálogo.
El diputado RN José Manuel Edwards, a su turno, solicitó a la Cancillería y al gobierno “retirar la agenda de los 13 puntos y congelar la comisión permanente que tenemos con Bolivia hasta que el Presidente boliviano nos diga cuál va a ser su cara verdadera”.
En esta línea, los parlamentarios invitarán al canciller Alfredo Moreno a la Comisión de Relaciones Exteriores para que explique en que pie quedan las conversaciones con Bolivia en este nuevo escenario.
“Bolivia -agregaron- no puede seguir usando a Chile en su política internacional para solucionar sus problemas internos. Cada vez que un presidente boliviano pierde apoyo popular, como ha ocurrido ahora con Evo Morales, después del gasolinazo, usa a Chile como chivo expiatorio para tratar de unir a su gente”.FUENTE. LA NACION.CL