Ocho pasos a considerar antes de asumir que “soy gay”
En la comunidad gay saben lo difícil que es el minuto de enfrentar a los padres para comunicar que se es homosexual. Algunos callan décadas, pero pensando en los adolescentes, en España se adelantaron a escribir un completo folleto para ayudar a los chicos a enfrentar el rollo de salir del clóset. La guía, escrita por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) , tiene como ícono un corazón y en trece páginas describe los pasos a seguir cuando está tomada la decisión de hablar.
CALLAR ES OPCIÓN
Rolando Jiménez, del Movimiento de Integración y Liberación homosexual, consideró que los puntos descritos en la guía es la aplicación del sentido común, pero el tema es complicado: “la realidad indica que los padres cuando se enteran los echan de las casas”, dice el presidente del MOVILH que actualmente asesora a dos universitarios que le pidieron ayuda para demandar a sus padres por cobro de pensiones. Uno de esos jóvenes es Hernán, de 19 años, estudiante de segundo año de Ingeniería Civil de la católica, el mayor de dos hijos.
El chiquillo, que hace un año decidió decirle a su familia que era gay, ha tenido que sufrir el descalabro familiar. Cuenta que para él era obvio que sus padres sospechaban de su condición sexual: “recibía los típicos comentarios”, dice. Pero una vez que los enfrentó, sus progenitores negaron cualquier sospecha y la situación se tornó complicadísima. “Me dijeron que necesitaban tiempo para asumir el tema, por mientras, querían que me metiera en un refrigerador”, relata.
Sus papás le pidieron que terminara la relación que tenía, que tratara de seguir igual que antes, pero él siguió emparejado a escondidas hasta que su mamá lo pilló. Desde ese momento empezaron las descalificaciones y las discusiones eternas: “llegó a un punto que me amenazaban que si no terminaba mi relación me echaban de la casa o me decían que me iban a dejar de pagar la universidad, mi mamá se enojó demasiado cuando descubrió que yo seguía con mi pololo, según ella le falté a la verdad, como consecuencia me cortó el internet, me siguió y quedó la escoba cuando me encontró un condón en mi pieza y me pegó”.
Para Hernán salir del clóset realmente fue una situación que se le fue de las manos, actualmente vive en un departamento de un familiar de su ex pareja y su papá le paga la universidad, acaba de hablar con un abogado para poder hacer una demanda por pensión alimenticia.
“Quizás me debería haber quedado callado”, dice cuando ve cómo cambió su vida, sin embargo él optó por estar tranquilo y ser honesto consigo mismo. “Quizás debería haber esperado más tiempo”, reflexiona.
-¿Qué le recomendarías a un joven que está en la misma que tú?
-No asumir que los papás saben o sospechan de que eres homosexual, tener preparada una carta bajo la manga frente a cualquier rechazo y ponerse en todos los casos porque yo jamás pensé que iba a pasar esto en mi casa.
La guía española es clara en aconsejar a los jóvenes en elegir el mejor momento para conversar con el grupo familiar. Aquí algunos consejos:
1.- Lo primero que hay que tener en cuenta antes de hablar con la familia es haber asumido ser homosexual y no tener culpa alguna.
2.- No siempre es conveniente hablar con todos al mismo tiempo, debes elegir a un miembro de la familia al que debes informar primero.
3.- Escoge un momento en el que la familia no esté enfrentándose a problemas graves, como la muerte de un amigo, la pérdida de un trabajo o la necesidad de una cirugía inminente.
4.- Ser paciente, la familia puede necesitar años para similar la información.
5.- Que la motivación para salir del clóset sea el amor que sientes por tu familia, no utilizar la revelación como arma de guerra en un momento de enojo.
6.- Infórmate con bibliografía de homosexualidad y ojalá tener un número de un consejero o sicólogo que pueda ayudar.
7.- Si hay “sospechas” de que la familia puede llegar “a retirarte el apoyo económico para tus estudios, u obligarte a salir de casa, deberías considerar si es preferible esperar a que no tengan ese control económico sobre ti”.
8.- No apresurarse a hacerlo si no estás seguro de que va a ser beneficioso para ti. fuente. LA NACION.CL