Wikileaks: EE..UU. celebró “respuesta madura” de Chile tras muerte de Augusto Pinochet
SANTIAGO.- Sesenta días después de la muerte del general Augusto Pinochet, el embajador de Estados Unidos en Santiago, Graig Kelly, envió un documento clasificado a Washington en el que mostraba su optimismo sobre el futuro político y social del país tras el hecho.
Así lo detalla un nuevo informe filtrado por Wikileaks y difundido por el diario español El País. Utilizando frases como “Pinochet sigue muerto”, y comparando la situación ocurrida en España tras el deceso de Francisco Franco, Kelly informó sobre el estado de “tranquilidad”, “próspera democracia” y “alivio” que se comenzó a vivir en Chile tras el fallecimiento de Pinochet (11 de diciembre de 2006).
“Los apasionados comentarios de los medios -alimentados por las imágenes yuxtapuestas de sus seguidores llorando mientras los oponentes descorchaban botellas de champán- inducían a pensar, inicialmente, que Chile entraba en un largo período de rencoroso y destructivo debate entre la izquierda y la derecha. (Pero) En lugar de eso, Chile, ahora una próspera democracia con fuertes instituciones, ha dado aparentemente un introspectivo suspiro de alivio sobre su pasado y se ha movido hacia los desafíos del presente y del futuro”, señaló el diplomático.
En ese sentido, el embajador desliza una comparación entre lo ocurrido en Chile y la experiencia española.
“Después de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 (el cómico) Chevy Chase solía abrir sus informativos con la observación de que ‘Franco aún sigue muerto’. En Chile, Augusto Pinochet no sólo sigue igual de muerto sino que casi parece que nunca ha existido. Esto es sorprendente, dada la lluvia de emociones que acompañaron su defunción, cuando seguidores y detractores lucharon -afortunadamente, solo de forma figurada- para definir su legado”.
“Durante aproximadamente diez días después de su muerte, la cobertura de los medios fue intensa (…). Pero a partir de entonces, prácticamente, silencio sepulcral”, agrega.
“Los simpatizantes de Pinochet -y una parte significativa del pueblo lo es- creen que Allende habría llevado a Chile hacia el caos en el mejor de los casos y a una pesadilla totalitaria en el peor”. “(Para ellos) las violaciones de derechos humanos eran lamentables pero perdonables en el contexto de una inminente guerra civil. Finalmente, las alegaciones de corrupción son una calumnia sin pruebas contra un gigante de la historia”, añadió.
Fuente : emol.com






























