Gobierno afina nuevas becas y reforma al aporte fiscal para potenciar educación técnica
En los últimos años la educación superior creció a un ritmo nunca antes visto. De los 641 mil estudiantes matriculados en 2006, se pasó a casi 900 mil en 2010. Gran parte de ese incremento lo explica la educación técnico-profesional, que pasó de 188 mil a 327 mil alumnos. Ello supone un crecimiento de la matrícula total de 77% para los institutos y de 89% para los centros de formación técnica, mientras las universidades crecieron 28%. Pese a ello, al mercado laboral salen más titulados universitarios que técnicos. Del total registrado en 2010, el 56% es universitario y sólo el 44% es técnico. La razón es la alta deserción de estos últimos: sólo la mitad de los alumnos que entran a CFT salen con su título.
Una realidad que contrasta con el mercado laboral actual: estimaciones de la Sofofa indican que existe un déficit de 600 mil técnicos y de cien mil profesionales. “En la actual fuerza laboral, el 70% tiene educación media o menos. Eso cambiará, porque cada vez habrá más gente con educación superior, pero para avanzar hacia la estructura de países desarrollados, se requerirán más técnicos y menos profesionales”, dice Andrés Concha, presidente de Sofofa.
Es por eso que una de las prioridades del gobierno en educación sea invertir la balanza: en 2020, cuando Chile alcance el 65% de cobertura en educación superior, el 60% de los jóvenes que salgan al mercado sean técnicos y el 40% universitarios. Exactamente lo contrario a lo que sucede hoy.
De mantenerse el ritmo de crecimiento del sector técnico, es muy probable que se cumpla la meta, pero los nuevos alumnos que ingresarán provendrán, en su mayoría, de familias de menores recursos, por lo que el Estado deberá hacer mayores esfuerzos. “De lo contrario, se puede detener el crecimiento, porque el año pasado todos los que pidieron el crédito con aval accedieron a él”, dice Gonzalo Vargas, rector de Inacap.
En especial, considerando que hoy son los universitarios los que se llevan la mayor parte de las becas. “Dos de cada tres universitarios reciben ayuda estudiantil, versus uno de cada tres en la educación técnica. Pero en esta última, casi el 90% viene de colegios municipales o subvencionados. Por eso, hay que, al menos, aplanar la cancha”, dice el jefe de Educación Superior del Mineduc, Juan José Ugarte.
De ahí que una de las prioridades para 2011 será una revisión profunda del sistema de ayudas estudiantiles para el sector técnico. Un ejemplo: hoy la Beca de Excelencia Académica, que se da a los mejores alumnos de colegios municipales o subvencionados, entrega un máximo de $ 1,1 millón a un joven que se matricule en la universidad, pero $ 500 mil a uno de instituto, aunque estudien la misma carrera. De allí que una de las intenciones del gobierno es estudiar una reforma a esa beca.
Otra es crear una beca de excelencia sólo para técnicos en carreras de áreas que el país quiera desarrollar y en instituciones acreditadas.
La tercera medida que comenzará a analizarse en 2011 será la reforma al Aporte Fiscal Indirecto, que entrega recursos a los planteles que matriculen a los 27.500 mejores alumnos en la PSU. Hoy el 1% se lo llevan los institutos. “El Presidente nos pidió que ampliemos el número de alumnos que reciben el beneficio y redefinamos el perfil”, dice Ugarte. Como han crecido los matriculados, la representatividad de los 27.500 es cada vez menos: de 16% en el año 2000, se pasó a 10% en 2010, según datos de la UCV.
El beneficio se entrega exclusivamente por PSU, pero se discutirá agregar otras variables, como el ranking de notas del colegio. Un debate que se prolonga, por lo menos, desde 2005.